16/1/12

Deconstruyendo el vacío

Dulce sabor amargo de morder tu labio inferior. Atrae mi ser oscuro. Es como lluvia en el desierto. Inapropiada, deseada, soñada. Mis dientes tiran ligeramente de tu labio mientras tú, por instinto, te apartas del dolor. Tú deseo y el mío se desean. Sentirte gemir levemente y crujir tus labios. Sentirte disfrutar de tu dolor y el mío de herirte.

Vuelves hacia mí. Con tu brazo derecho sujetas mi cintura. El deseo brota desde las entrañas. Te aferras a mí. Yo te veo con deseo. Con ardor. Quiero herirte. Quiero hacer brotar tu sangre. Tú te dejas llevar. Es cuestión de un par de segundos. Dejo de morder y mis labios tocan los tuyos. Mi cuerpo está caliente. Tu boca está fría. Es una explosión. Puedo sentirte a ti. Te beso como ayer, como hoy, como mañana. Siento tu respiración dentro de mí.

Te beso a ti. Te beso y te siento. Te beso y me besas. Me besas y te beso. Tus labios están suaves y húmedos. Se deslizan sobre los míos y se vuelven a aferrar. Ya en ambos habita el calor. No tiene que terminar. Devorarnos en un lento y profundo beso.

Tocar tu rostro con la punta de mis dedos. Sentir tu aliento sobre mi aliento. Sentir que me vez en la oscuridad de tu mirada. Que nos vemos con el tacto. Estamos en una fosa abisal. No penetra la luz del sol. Tú y yo nos transparentamos. A 70.000 metros de profundidad nadie nos alcanza.

No te veo, te siento. Te siento dentro y fuera de mí. Quieres matar todo espacio entre nosotros. Aprisionas mi cuerpo contra el tuyo. Siento que tú y yo encajamos. Mi cuerpo y tu cuerpo. Mi boca y tu boca. No me quieres dejar ir. Tu deseo es ahora mayor que el mío. Tu deseo quiere devorar mi cuerpo. Te contienes. Sabes que no puedes. Sé que no debo. Era un juego.

Tu boca es polen para las abejas. Me atrae, me retiene y me libera. Dejo tus labios partir. Los extraño. En el roce de la separación los siento frío otra vez. Mi cuerpo está frío otra vez. La risa helada encrespa todo mi ser. Yo me aferro a tu cuello. No quiero que dejes de tocarme. Me gusta sentirte sobre mi piel. Tú sabes que es un juego. Te ha gustado. No debes pero no me sueltas.

Todavía siento como me abrazas fuertemente. Sientes el latido de mi corazón y mi respiración sobre tu cuerpo. Sientes el olor de mi pelo. La sensación de mi piel. Dejo de jugar. Siento tu mirada en mi cuerpo. “No puedo más”. No te veo pero lo siento. Me avergüenzo. Creo haberlo arruinado todo.

Mi boca y tu boca ya no se tocan. He salido derrotada. Lento, como cae una pluma del cielo, bajo la cabeza y parece que te abrazo. Me apoyo en tu hombro y mi cabello roza tu cara. Respiro sobre tu cuello y te sobre saltas. Siento que tu deseo aún vive allí. En ese momento. No me quiero ir. No me sueltas. Sé que debo irme.

Te siento impaciente. No sabemos qué hacer. Me libero de tu abrazo con una sonrisa. Una falsa sonrisa. Una sonrisa cómplice. Tú haces lo mismo. Aparentamos dejar lo que pasó al olvido. Seguimos el camino a casa. Hablamos de los caminantes que se rozan pero no se ven.

5 comentarios:

  1. Me hizo recordar algo que viví, solo fue agua para refrescar a mi memoria.

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  2. Me gustó mucho, creo que desnudaste tu alma.El vacío del texto fue grande y sencillo -se deja leer-. Posada esos besos se siente. No creo que debas hacer modificaciones. Lo veo a mi parecer perfecto. Espero que sigas así y que la fuente de inspiración algún día pueda ser yo Jejejejé. Me gustó, bien hecho Elisa. Te mando un abrazo

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  3. Es como una danza hecha en varios tiempos. Pausada en ocasiones. Pero contenida en todo momento. Como el impulso que se tiene, pero se guarda en lo profundo. Se deja salir y luego no. Y aunque se vive el momento, el vacío continúa.

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  4. Uy uy uy, Jorge caramba esas declaraciones en publico. Y Laura te tendrá en cuenta ¬¬ jajaja yo sabía. Elisa ya sabes que me encantó y que soy la fans número uno de lo que escribes.

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